Te observo.

Te observo dormir a mi lado,

Respiras profundamente, tranquilo,

Todavía tienes la mano en mi pierna,

que acariciabas antes de que te ganara el sueño.

Y me pregunto cuánto durará.

Asumí hace tiempo que soy yo la que tengo el problema,

Porque empezarás a abrir puertas pero te encontrarás una cerrada con candado,

Más tarde o más temprano, no lo sé.

Algunos abrieron hasta la mitad,

Otros se quedaron al principio,

Y muy pocos fueron hasta casi el final.

Pero aquí sigo.

Si me equivoco y te dejo abrir y tú la vuelves a cerrar tardaré mucho en poder volver a abrirla. No puedo arriesgarme,

Aún no.

Te observo dormir y me pregunto hasta dónde llegará tu paciencia,

¿Pensarás que vale la pena?,

Lo normal es que te canses y busques algo más simple,

a priori es demasiado complicado,

o puede que no quieras complicarte la vida,

O que no estés preparado,

Cuando te encuentres la puerta de la desconfianza,

Cuando veas que tiemblo de miedo si pienso que puedes hacerme daño,

cuando deje de respirar por pensar en la simple idea de compartir mi vida con alguien.

Pero no es culpa tuya,

la peor versión de mi misma la conocí con el corazón roto,

Y me da miedo que vuelva a envolverme esa nube gris que me absorbió la sonrisa y las ganas de despertarme por las mañanas,

Y que hacia que tuviera siempre la cara salada,

Pero oye, escúchame,

Que yo, como siempre, me digo,

Te digo,

Voy a intentarlo,

Quiero abrirte la puerta,

Y dejar de temblar de miedo,

Tu sólo sigue durmiendo,

espera un poco más

No sueltes mi pierna,

acércate,

Y no te vayas.

I.

Deja un comentario